La oreja de Voltrón

Hola, aquí me pongo a retomar, al compás de la espera, la segunda y no por eso menos importante parte del informe. Si te perdiste la primera parte acataaaa: http://laorejadevoltron.blogspot.com.ar/2014/03/templos-del-sonido-parte-1-by.html Ahora bien...el resto Mandarine Park No fui nunca, pero ahí me perdí a Rob Zombie. Está en Costa Salguero, no les puedo dar más datos. No se cómo suena, y hace poco que está. Por la foto parece que es al aire libre. Me gusta el nombre, porque me gustan las mandarinas, pero las que vienen sin semilla. Estadio Unico de La Plata Un lugar muy lindo al que no tengo pensado visitar. Queda lejos, es un caos ir sin auto, con auto o con dirigible. El sólo hecho de tomarme un colectivo y estar corriendo para ver si puedo volver me la baja del colectivo literalmente. Por lo que se ve en las filmaciones está bueno, un gran estadio muy luminoso con buena acústica  que albergó figuras de la talla de U2 (2011),...

Se me hacen agua los oídos. No sabía que escribir y me puse a escuchar.  Así funciona parece. Damnation es el séptimo disco de la banda sueca  Opeth , lanzado en el año 2003 conformando la segunda parte del anterior trabajo (Deliverance), que por razones de la discográfica no fue lanzado en simultaneo.  Es un disco que dejó  a un lado los condimentos del Death metal para transformarse en una hermosa pieza del Rock Progresivo.  Un cambio de rumbo, una apuesta ganadora, que sin perder el estilo ni la genialidad, logran un disco manso y muy disfrutable. Climas, climas y más climas. Un disco que expone su beta más progresiva: punteos sentidos,  melodías suaves y la faceta más dulce en la voz dual del gran Mikael,  haciendo de éste un disco único, dejando plasmado un talento camaleónico. Y dame más, dame más. Siempre es un riesgo despegarse de un estilo tan personal  y tan bien logrado como el death metal. Opeth, en este experime...

Hola otra vez yo. Al menos no soy sopa, se acuerdan que de chiquitos no nos gustaba tomar la sopa?. Y qué si fuera sopa, seguramente ahora les gustaría y se compran todas esas sopas en polvo con pedacitos crocantes de pan. No está tan mal. En esta oportunidad, a lo que los optimistas llaman “otra oportunidad, porfis” me voy a adentrar en el mundo de los templos de la música. Esos lugares cuasi mágicos, destilando mística y recibiendo hordas de fanáticos coreantes de riffs y desbordantes de sentimiento; que no pueden parar. Vino a mi mente escribir sobre esto al conversar y mongomentionar a unos compañeros twitteros sobre cómo se extraña un lugar como Obras en la escena musical. Vale decir que la perspectiva del audio cambia, uno se pone exigente con la calidad del sonido más que nada y la ubicación del estadio. Supongo que más adelante también me molestará que la butaca no sea lo suficientemente mullida o tener que usar largavista para poder ver algo. Por ahora no es el ca...