Hola a todos, recién vengo de un show increíble. Y tengo tanta adrenalina y estoy tan manija que no puedo evitar armar esta review ahora mismo. Living Colour volvió a la Argentina hoy y tiró abajo el lugar.
Debo reconocer que no había tenido buenas referencias de la acústica de Groove. No fue el caso en esta noche, se ve que el ingeniero de sonido de estos muchachos armó todo para que sonara chiche bomba musical.
En el anuncio decía que las puertas se abrían a las 19:00. Por qué nunca dicen a qué hora empieza? Llegué a la puerta a las 20:00, le pregunto a un flaco de la puerta y logro sacarle que inicaba a las 21:00. Tiempo más que suficiente para ir por un refrigerio y volver para ver medio tema del grupo soporte, llamado Ave Porkus o algo por el estilo. No sonaban mal, pero tampoco me movieron la aguja.
Me coloqué en un costado cerca de la escalera y pude avanzar raudamente hasta un lugar privilegiado. Igual sabía que ni bien iniciara, mi iba a poder escabullir más adelante, aunque dudaba de participar del pogo, ya estoy viejo para esos trotes.
Y en ese moemento a las 21:00 hs en punto, se abre el telón y con una intro de "Running with the devil" de Van Halen que sonó completita, hacen su entrada estos grosos Dioses del Olimpo musical. Su primer tema fue Preachers Blues que sonó luego de una intro magistral de Vernon Reed. Se trata de un Blues Metal febril y sentido, con el que decoraron su nuevo álbum intitulado "Shade"
Luego siguió una tripleta de su primer álbum Vivid, con el que habían venido al país para su 25 aniversario y lo tocaron de pe a pá en 2013. En este orden transcurrieron Middle man, Desperate People y Funny Vibe, mi canción favorita de todos los discos, a la que le agregaron una intro impresionante.
Living Colour es una banda que hace de cada recital un evento único e irrepetible, varían las setlist de
un show a otro, no se aburren para nada en los temas porque siempre los varían, desde el solo hasta como se copan con el público. Es por eso que me gusta tanto. Los invito a pegarse una recorrida por Youtbe y comprobarlo por ustedes mismos.
Sigamos con el show. Freedom of Expression (FOX) de Shade, Wall de Stain y el cover de Talking Heads Memories can´t wait.
Para ese entonces, la monada ya se extasiaba con temas extra large y participaba con sus coros, premiando cada intervención o genialidad de estos Avengers del rock.
Acto seguido se despacharon con Ignorance is bliss, Who Shot ya (un rap contundente que sonó como un balazo) y Come on, otro tema del nuevo disco, con un estribo muy copado y pegadizo.
En este instante, me pongo de pie y armo párrafo aparte para charlar sobre el inicio de Open Letter to a Landlord, en donde Corey Glover aka El Reverendo Daddy Love se encargó de demostrar por qué estuvo haciendo comedia musical en Broadway (Judas de Jesucristo Superstar) y le pasa el trapo a cualquier cantante de lo que sea. Me dejó la piel de pollo y dejó más que en claro que sigue completamente vigente y poderoso.
Después del despliegue vocal de Corey vino la parte del lucimiento del Sr Doug Wimbish, portando su instrumento musical denominado bajo. Sobre una estructura de tema llamada Swirl que viene haciendo a lo largo de los shows para presentarse, le agregó variantes, crea, hace y deshace sonidos, toca con la boca, se desplaza por el escenario como un hombre orquesta de bajos y nos dejó boquiabiertos.
A partir de se momento, el show se transformó en una seguidilla de hits, con Glamour Boys, Love rears up its ugly head, Elvis is dead (muy pedido por la gente y no lo hicieron en Brasil), enganchado con Type. El tiro de gracia final donde terminaron de tirar abajo el estadio, dejarla bien chiquita y sacarla como un homerun musical: Cult of Personality y Times up ( en un momento de ese temanos regalaron un fragmento de Sex Machine de James Brown con el público coreando la propuesta del Get up de Glover). En ese punto mi alma estaba afuera del cuerpo en su hilo de plata y haber saltado para llegar muy adelante me empezaba a pasar factura, por lo que me replegué varias filas atrás. Porque como no pude explicar antes, al minuto de Middle Man ya estaba en el medio del mosh, peleando por un espacio en el público con esos pibes irrespetuosos que no sabían que yo había estado en Obras en el 93, cuando ellos ni habían nacido.
Desde mi nueva ubicación presencie el Will Calhoun Drum Show, en dónde además de hacer lo que
se le canta con la bata y tocar con la luz apagada y sticks luminosos, nos presentó una tarima que hacía múltiples sonidos étnicos y electrónicos. El trabaja desde siempre innovando y explorando nuevos instrumentos. Fue como una especie de Cirque Du Soleil adentro del show. Mágia pura.
Podían haber terminado tramquilamente en ese punto, pero hicieron un bis y salieron con tuti li fioqui a regalarnos Rock n Roll de Zeppelin.
Me quedé un rato después de que terminara el show y me pude sacar una foto con cada uno de ellos. Qué más puedo pedir? Nada, mi felicidad no alcanza. Hay varios temas que me gustan mucho y que faltaron. Pero sería muy injusto si dijera que el show no estuvo completo porque no los tocaron. Fue un 10 felicitado, ojalá vuelvan.
Luego siguió una tripleta de su primer álbum Vivid, con el que habían venido al país para su 25 aniversario y lo tocaron de pe a pá en 2013. En este orden transcurrieron Middle man, Desperate People y Funny Vibe, mi canción favorita de todos los discos, a la que le agregaron una intro impresionante.
Living Colour es una banda que hace de cada recital un evento único e irrepetible, varían las setlist de
un show a otro, no se aburren para nada en los temas porque siempre los varían, desde el solo hasta como se copan con el público. Es por eso que me gusta tanto. Los invito a pegarse una recorrida por Youtbe y comprobarlo por ustedes mismos.
Sigamos con el show. Freedom of Expression (FOX) de Shade, Wall de Stain y el cover de Talking Heads Memories can´t wait.
Para ese entonces, la monada ya se extasiaba con temas extra large y participaba con sus coros, premiando cada intervención o genialidad de estos Avengers del rock.
Acto seguido se despacharon con Ignorance is bliss, Who Shot ya (un rap contundente que sonó como un balazo) y Come on, otro tema del nuevo disco, con un estribo muy copado y pegadizo.
En este instante, me pongo de pie y armo párrafo aparte para charlar sobre el inicio de Open Letter to a Landlord, en donde Corey Glover aka El Reverendo Daddy Love se encargó de demostrar por qué estuvo haciendo comedia musical en Broadway (Judas de Jesucristo Superstar) y le pasa el trapo a cualquier cantante de lo que sea. Me dejó la piel de pollo y dejó más que en claro que sigue completamente vigente y poderoso.
Después del despliegue vocal de Corey vino la parte del lucimiento del Sr Doug Wimbish, portando su instrumento musical denominado bajo. Sobre una estructura de tema llamada Swirl que viene haciendo a lo largo de los shows para presentarse, le agregó variantes, crea, hace y deshace sonidos, toca con la boca, se desplaza por el escenario como un hombre orquesta de bajos y nos dejó boquiabiertos.
A partir de se momento, el show se transformó en una seguidilla de hits, con Glamour Boys, Love rears up its ugly head, Elvis is dead (muy pedido por la gente y no lo hicieron en Brasil), enganchado con Type. El tiro de gracia final donde terminaron de tirar abajo el estadio, dejarla bien chiquita y sacarla como un homerun musical: Cult of Personality y Times up ( en un momento de ese temanos regalaron un fragmento de Sex Machine de James Brown con el público coreando la propuesta del Get up de Glover). En ese punto mi alma estaba afuera del cuerpo en su hilo de plata y haber saltado para llegar muy adelante me empezaba a pasar factura, por lo que me replegué varias filas atrás. Porque como no pude explicar antes, al minuto de Middle Man ya estaba en el medio del mosh, peleando por un espacio en el público con esos pibes irrespetuosos que no sabían que yo había estado en Obras en el 93, cuando ellos ni habían nacido.
Desde mi nueva ubicación presencie el Will Calhoun Drum Show, en dónde además de hacer lo que
se le canta con la bata y tocar con la luz apagada y sticks luminosos, nos presentó una tarima que hacía múltiples sonidos étnicos y electrónicos. El trabaja desde siempre innovando y explorando nuevos instrumentos. Fue como una especie de Cirque Du Soleil adentro del show. Mágia pura.
Podían haber terminado tramquilamente en ese punto, pero hicieron un bis y salieron con tuti li fioqui a regalarnos Rock n Roll de Zeppelin.
Me quedé un rato después de que terminara el show y me pude sacar una foto con cada uno de ellos. Qué más puedo pedir? Nada, mi felicidad no alcanza. Hay varios temas que me gustan mucho y que faltaron. Pero sería muy injusto si dijera que el show no estuvo completo porque no los tocaron. Fue un 10 felicitado, ojalá vuelvan.
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