martes, 28 de julio de 2020

Cómo escuchamos lo que escuchamos?



Medios Magnéticos por @superunknon 


En estos tiempos que vuelan resulta impensado no tener la música al alcance del oído. La tecnología no nos dió autos voladores, pero sí apps de streaming, radios online y páginas que te pasan el video que se te ocurra buscar..


Cuando el mundo era más de la mitad analógico, la oferta musical venía envasada en medios físicos. Mis primeros contactos fueron con vinilos en un combinado (así le llamaban al tocadiscos) y cassettes, primero en el estéreo del auto. Y mi tío tenía unos cartuchos que se llamaban magazines. Me cuesta imaginar cómo sonaban, menos cuál era su funcionamiento..


La calidad sonora del vinilo es tan innegable como incómoda su portación. Me parece que el amor de un melómano por los discos está emparentado en cierta forma con los lectores y los libros de verdad. Un poco puede tener que ver con no querer soltar el pasado y sostenerse en los recuerdos en un formato físico de manera que experiencias vividas cobran forma. Y el clima que crean las sutiles imperfecciones de un disco, transforman su escucha en una experiencia sensorial.


El cassette tuvo un paso protagónico por las vidas de muchos. Tener un radiograbador con doble cassetera para escuchar tus temas favoritos en la radio y grabarlos o hacer mixtapes de distintos cassettes era una linda experiencia, casi cercana a ser tu propio DJ. La calidad sonora dependía de la cinta. La habilidad para que la voz de la radio no te pise el tema, esos enganchados imposibles, todo valía con tal de llenar esos espacios, sobre todo en 90 minutos, 45 por lado. Cómo costaba llenarlos!.


Años más tarde, llegaron los Compact Discs  (CDs), quedando el cassette relegado a esa música que no nos resultaba tan indispensable y que podíamos escuchar de tanto en tanto en la radio. Por motivos económicos, no se podía comprar CDs todo el tiempo y había que elegir que meter en un formato alternativo. 


No voy a mencionar esos formatos intermedios como el MiniDisc u otros porque no le llegaron a los talones al CD, por costo, masividad y conveniencia. El que se compraba uno de esos terminaba vendiéndolo por demasiado poco.


Por la magia de la computación y de la multimedia, tuvimos acceso a computadoras con la capacidad e procesar archivos de audio en diversos formatos, primero enormes wavs, hasta los hasta ahora conocidos mp3. Napster y otros programas de descargas en la Internet nos daban campo para buscar música, a sabiendas de que era un delito y lo sigue siendo. La idea sui generis es evaluar lo que se escucha,  borrarlo y adquirirlo por medios legales, para que le llegue al artista y a cada uno de los eslabones de la industria musical. Muy lindo en la teoría. En ese momento tuve distintos players de mp3, uno que portaba unos discos de 40 Mb, le podías poner varios temas en 128 Kbps.


La tecnología avanzó, llegaron los celulares que desplazaron a los players de mp3, para qué queres un player si podes tener todo en uno. Y ni hablar en el momento en que llegaron las aplicaciones de Stream. Por muy poca plata, tenes casi todo a mano. Sin anuncios. Hasta el mismo Youtube puso un servicio similar. O tenes servicios de high fi como Tidal, que ofrece discos con calidad consola de estudio. Con Youtube recreo los míticos programas que pasan videos. Ustedes son muy chicos, pero MTV pasaba videos todo el tiempo cuando era una señal potable y uno un páramo de realities.


No soy parámetro para ponderar un servicio por encima del otro. A mi me gustan los vinilos y como suenan, llamame chapado a la antigua, pero nadie borra de mi memoria mis escuchas de vinilos en mi infancia, me hacen hasta revivir los rayos de sol que entraban por la ventana.

 


¿Qué cambió con la llegada de la digitalización de la música? Por @Fjmedina
Un día, pensando en lo mágico y maravilloso que era escuchar un disco en formato físico, quise reflexionar sobre el porqué éste por encima de lo digital, y esto es más o menos lo que logré obtener.

Cuando recién tuve acceso a Internet, por fín pude conseguir todas esas canciones que siempre había escuchado en MTV y que deseaba hacer sonar una y otra vez hasta el agote. Grabarme un disco con mp3 y meter en él un centenar de canciones para escuchar cada vez que salía de casa. Si bien, la novedad de este formato nos trajo muchas ventajas a oyentes y artistas, también provocó que las obras no pudieran disfrutarse como corresponde (en mi opinión) siguiendo un hilo conductor que, imagino, a artistas y productores les tomó tiempo decidir, para que la obra se aprecie de principio a fin como un todo.

Claro, pasaron los años y nos “mal acostumbramos” a escuchar la canción -generalmente un single- y quizás cuántos buenos discos y canciones dejamos pasar por el hecho de quedarnos en ese mp3 suelto. Ahora, debo insistir, en que esta es mi visión personal sobre algo netamente subjetivo como lo es la apreciación de cualquier obra de arte.

Si definitivamente te deshiciste de los formatos físicos para escuchar música, te invito a que quites el “shuffle” y te regales el tiempo de escuchar un disco de principio a fin. Descubre la verdadera belleza que se esconde detrás de un single. Y sí, quizás el formato da lo mismo, pero lo que la digitalización trajo fue la modificación de hábitos y, aprovechando que la pandemia nos tiene más tiempo en casa, quizás sea un buen momento para retomar el ejercicio de escuchar “a la antigua”. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario